RESFRIADO Y GRIPAS
Los síntomas del resfriado se presentan en situaciones de agobio cuando sentimos que (aparentemente) se nos exige demasiado.
Cuando uno está “hasta las narices” el resfriado nos permite apartarnos (sin culpa) de la situación molesta externa y así estar más en contacto con nosotros mismos mediante los síntomas corporales de inflamación y dolor, permitiéndonos de esta manera, hacer a un lado el orgullo de la autosuficiencia y/o el sentirnos indispensables o, simplemente el de tener un motivo legítimo para evadir, no reconocer y por lo tanto no resolver, la carga de esas pequeñas «crisis cotidianas» que nos rebasan en el momento. La respiración, que tiene que ver con el dar y recibir se dificulta y así, el contacto con la gente se restringe por un posible «contagio». Toda esta sensibilidad corporal generalizada nos deja en un estado de hipersensibilidad y contacto con nuestro cuerpo y nuestras sensaciones en el presente. Todo pareciera confabularse de repente para aislarnos y dejarnos en contacto con nosotros mismos y con nuestros patrones de conducta repetitivos y adictivos y es sólo en este momento, donde podemos permitirnos el espacio suficiente para cuestionarnos y replantearnos, desde la auto-honestidad, lo que verdaderamente toca hacer y poder así encontrar nuestra integración, respuesta y curación.
Recuerda: la conciencia sólo despierta con la auto-observación.
Que la vida te reciba con luz, colores y alegría.
Rebeca.
